El Discípulo Amado

 El Discípulo Amado 


"Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Pedro le hace una seña y le dice: pregúntale de quien está hablando. El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: Señor, ¿Quién es?". (Juan 13:23-25)




"Hijitos míos, amaos entre vosotros”, solía decir San Juan Evangelista, el más joven de los Apóstoles y a quien se distingue como el “discípulo amado de Jesús”. Fue quien acogió a la Virgen María en su casa y es patrón de teólogos y escritores. Su fiesta se celebra cada 27 de diciembre.

San Juan era judío de Galilea, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, con quien era pescador. Fue el elegido para acompañar a Pedro a preparar la última cena, donde reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús. Estuvo al pie de la cruz con la Virgen María, a quien llevó físicamente a su casa como Madre para honrarla, servirla y cuidarla en persona.

Asimismo, cuando llegó la noticia del sepulcro vacío de Jesús, fue San Juan quien corrió junto a San Pedro para constatarlo. Es ahí donde los dos “vieron y creyeron”. Más adelante, cuando Jesús se les apareció a orillas del lago de Galilea, Pedro preguntó sobre el futuro de Juan y el Señor contestó: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿Qué te importa? Tú, sígueme”.

Por esta respuesta se corrió el rumor de que Juan no iba a morir, algo que el mismo Apóstol desmintió al indicar que el Señor nunca dijo: "No morirá". Escribió el Apocalipsis, el Evangelio de San Juan, donde se refiere a sí mismo como “el discípulo a quien Jesús amaba”, y tres epístolas.

A diferencia de todos los demás Apóstoles que murieron en el martirio, San Juan partió pacíficamente a la Casa del Padre en Éfeso hacia el año cien de la era cristiana y a los 94 años, según San Epifanio.








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